martes, 23 de abril de 2013

Kepler descubre dos planetas potencialmente habitables

Memoricen bien sus nombres, porque van a dar mucho que hablar en el futuro: Kepler-62e y Kepler-62f. Son nada más y nada menos que dos de los planetas más parecidos a la Tierra que conocemos fuera del Sistema Solar. Situados a 1200 años luz en la constelación de Lira, los dos forman parte de Kepler-62, un sistema planetario compuesto por cinco planetas que se ha dado a conocer hoy.


Visión artística de Kepler-62f, posiblemente el planeta con mayor potencial de habitabilidad conocido (NASA).
Tanto Kepler-62e como Kepler-62f se encuentran en ese lugar mágico que es la zona habitable de su estrella, una zona donde -dadas las condiciones adecuadas- un planeta puede poseer agua líquida en su superficie. Usando el método del tránsito, hasta ahora habíamos descubierto supertierras habitables como Kepler-22b, supertierras que bien pudieran ser en realidad minineptunos en vez de planetas rocosos. Pero Kepler-62e y 62f son los primeros mundos que conocemos situados en la zona habitable con un radio inferior a dos veces el terrestre, por lo que se cree que ambos bien pudieran ser planetas con superficie sólida.


Sistema Kepler-62 comparado con el Sistema Solar (NASA).
Visión artística de Kepler-62e (NASA).
Si Kepler-62e es realmente habitable, lo es por los pelos. Se trata de un exoplaneta cuyo tamaño es un 60% superior al de la Tierra situado en la parte interior de la zona habitable, así que en realidad podría ser un supervenus cubierto por una densa atmósfera y con temperaturas infernales en su superficie. O quizás se trata de un mundo océano cubierto por agua en su totalidad. Quién sabe. Lo que si está claro es que para ser habitable debería poseer una cubierta de nubes lo suficientemente amplia para que pueda reflejar la luz de su estrella y disminuir así su temperatura media. Curiosamente, si comparamos la órbita de Kepler-62e con la posición de la Tierra en la zona habitable del Sistema Solar de acuerdo con los modelos más aceptados, estamos ante el mundo más habitable conocido.

Pero Kepler-62f es otra historia. Con una tamaño de 1,4 veces el terrestre, está casi en medio de la zona habitable (o, dependiendo del modelo elegido, en la parte exterior de la misma). Fue descubierto por el cazaplanetas Eric Algol, de la Universidad de Washington y su tamaño es lo suficientemente pequeño como para asegurar que estamos ante un planeta rocoso. Para que sea habitable, debe poseer una atmósfera rica en gases de efecto invernadero como el dióxido de carbono que pueda elevar su temperatura para que exista agua líquida en su superficie (de hecho, es posible que también sea un mundo océano). De todas formas, Kepler-62f no es técnicamente una exotierra. Su masa es con toda probabilidad demasiado grande para ser un gemelo de la Tierra, pero no por ello debería ser menos habitable. Con un periodo -o sea, año- de 267,3 días, Kepler-62f se encuentra a 108 millones de kilómetros de su estrella. Puesto que Kepler-62 es una estrella más pequeña que el Sol (se trata de un astro de tipo K2V con una masa de 0,7 veces la solar), la iluminación en esta supertierra debe ser lógicamente más débil. Como ha dicho Bill Borucki, el 'padre' de Kepler, visitar Kepler-62f debe ser como caminar por la Tierra en un día realmente nublado.

Por otro lado, hoy también se ha confirmado la existencia del sistema Kepler-69, situado a 2700 años luz del Sol y formado por dos planetas como mínimo que giran alrededor de una estrella de tipo solar. El protagonista del sistema es Kepler-69c, una supertierra con un tamaño un 70% mayor que el de la Tierra que también se halla en la parte interna de la zona habitable (o fuera de ella según los modelos más exigentes). Dicho lo cual, lo más probable es que sea un minineptuno o un supervenus.

Visión artística de Kepler-69c, un posible minineptuno habitable (NASA).
Sistema Kepler-69 (NASA).
Como siempre en estos casos, debemos recordar que lo único que sabemos de estos mundos es su tamaño y su órbita. Nada más. No conocemos si Kepler-62f o Kepler-62e posee atmósfera, su periodo de rotación o la inclinación de su eje, factores todos ellos que podrían transformar un mundo potencialmente habitable en un erial. Tampoco conocemos sus masas, ya que el método del tránsito empleado por Kepler sólo nos permite determinar tamaños. Lamentablemente, la estrella Kepler-69 se encuentra demasiado lejos para que pueda ser observada por telescopios terrestres y determinar así la masa de los planetas del sistema mediante el método de la velocidad radial. Por suerte, al tratarse de un sistema con cinco planetas es más que probable que en el futuro podamos disponer de estimaciones de la masa de los mismos gracias al método TTV (Transit Timing Variation), que no es más que una variante del sistema empleado por Adams y Le Verrier para determinar la existencia de Neptuno, pero aplicado a tránsitos exoplanetarios.

La zona habitable de las estrellas de los sistemas Kepler-62 y 69. Kepler-62f está justo en medio (Max Planck Gesellschaft).
Estimación de la masa de Kepler-62f y Kepler-62e en función de su composición y tamaño (Max Planck Gesellschaft).
También es importante recordar que Kepler-62e y 62f no son los únicos planetas rocosos confirmados que están en la zona habitable de sus estrellas. HD 85512 b, Gliese 667C c y Gliese 581 d son otros candidatos a mundos habitables ya conocidos (además de los planetas sin confirmar Gliese 581 g y Tau Ceti e). Lo que pasa es que estos planetas han sido descubiertos por el método de la velocidad radial, así que -al contrario de lo que ocurre con los mundos de Kepler- no podemos saber su tamaño, sólo su masa mínima. Determinar cuáles de estos mundos son los más habitables es una tarea ardua, pero no cabe duda que Kepler-62f y Kepler-62e tienen todas las papeletas. Y, por supuesto, no olvidemos que 'mundo habitable' no significa 'con vida'.

Así es la misión Kepler. Un día te levantas pensando que no va a pasar nada fuera de lo común y entonces van y anuncian el descubrimiento de una pequeña supertierra habitable como si tal cosa. De repente, nuestra visión del Universo ha cambiado de golpe. Y es que si no te emocionas al pensar en Kepler-62f es que no tienes sangre en las venas.

Exoplanetas potencialmente habitables posiblemente rocosos descubiertos por Kepler comparados con la Tierra (NASA).
Referencias:

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