Hace
algún tiempo decidí ponerme a observar sobre lo que ocurre cuando nos
acercamos a un examen con el día a día de la preparación. Una de los
principales obstáculos que encontré a la hora de vivir además de llevar
una carrera universtiaria es esa crónica sensación constante de “no
llego” que nos comienza a invadir en los momentos en los que estamos
tratando de hacer otra cosa. Es una sensación que parece recriminarnos
la media hora de descanso que nos tomamos, y que como hemos visto, es
tan necesaria para rendir más
.
Entonces, analicemos algunos aspectos de esa interferencia en el resto
de nuestras vidas para ver si la podemos minimizar o eliminar:
No hay forma de asegurar que vamos a llegar al examen con todos los contenidos aprendidos.
Creo
que esta es una de las primeras verdades a enfrentar. La ansiedad ante
un examen se genera por la necesidad de completa seguridad. Dado que
aprender es adquirir estructuras y dinámicas nuevas, que no conocemos,
es imposible determinar un tiempo de asimilación para todas ellas.
Sabemos que con la práctica y con otras ayudas, es posible disminuir ese
tiempo, pero nunca vamos a tener la certeza de llegar con todo.
Por
eso, tenemos que reemplazar esa angustia por la certeza de que vamos a
llegar lo mejor preparados que podemos en el tiempo que tenemos (y esto
incluye lo que nos permita hacer lo que estamos haciendo en nuestra vida
además del estudio).
Para lograr esa certeza necesitamos confiar en nuestra capacidad de estudio.
Algunas ideas que contribuyen a crear esa certeza:
1. No todos los contenidos de un examen son igual de importantes para aprobar.
Si
queremos sentir que avanzamos en el estudio, es importante conseguir
exámenes con los temas que más se toman y priorizar la importancia que
ellos van a tener para aprender primero los más importantes y luego, si
hay tiempo, otros (estoy desarrollando un pequeño sistema de
clasificación que algún día postearé).
2. La frecuencia de las sesiones de estudio es fundamental.
Una
de las causas principales de esa angustia que nos invade toda la semana
es la idea de que todo depende de ese fin de semana antes del examen, o
los dos días que nos tomamos del laburo. Eliminar eso es simple y no
requiere más que la costumbre de tomarnos un rato cada día y aunque no
podamos estudiar mucho, vayamos sumando todos los días un poco.
3. The big picture: La idea general.
Una
forma de encarar el estudio es como haciendo un zoom: empezar leyendo
rápido, por encima, pero entender la idea o la estructura general de lo
que estamos estudiando. Eso nos permite luego relacionar cada partecita
que vamos estudiando con el todo. Relacionarlo con cosas que están más
adelante (que no tenemos con tanto detalle pero de las que nos damos una
idea) nos permiten acelerar el proceso de unir conceptos y sintetizar.
Claro que debemos moderar el uso de este aproximamiento con el del
punto 1: integrar una función es integrar una función y por más que
tengamos una “idea general” de nada nos servirá si no conocemos el
procedimiento.
4. Eliminar la idea del todo o nada.¿Recuerdan
la última vez que no estudiaron casi nada y se mandaron al examen
igual, tranquilos de saber que lo más probable es que no aprobarían?
Muchas veces uno sale aprobado de ese exámen. ¿Por qué? La eliminación
de esa constante necesidad de seguridad y el arriesgarse con lo que uno
sabe, se lleva consigo esa irritante advertencia de “no sé todo” y nos
permite relajar.
¿Pero cómo combinar esa calma con una preparación digna?
Sin pensar que si nos va mal todo lo que hicimos ya no sirve, recordando que el proceso de aprendizaje es acumulativo
y todo lo que estudiamos nos queda para el próximo intento (además de
tener una idea mucho más certera de lo que se nos va a tomar y cómo).
En síntesis, concretar.
Tenemos que reemplazar esa emoción indefinida y molesta de “no estoy
haciendo lo que debería” por la certeza de qué es lo próximo que vamos a
hacer para resolver el problema. Las herramientas arriba descriptas son
sólo algunas, pero apuntan a lo mismo: a aprender a cambiar una
emoción desgastante que no tiene ninguna utilidad por decisiones
concretas que apuntan a lograr lo que queremos.
Fuente: http://www.estudiovivo.com.ar/
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Gracias comentar. Difundi el blog y podremos debatir ampliamente ;)