jueves, 18 de abril de 2013

Manejar la ansiedad al preparar un examen.




Hace algún tiempo decidí ponerme a observar sobre lo que ocurre cuando nos acercamos a un examen con el día a día de la preparación. Una de los principales obstáculos que encontré a la hora de vivir además de llevar una carrera universtiaria es esa crónica sensación constante de “no llego” que nos comienza a invadir en los momentos en los que estamos tratando de hacer otra cosa. Es una sensación que parece recriminarnos la media hora de descanso que nos tomamos, y que como hemos visto, es tan necesaria para rendir más. Entonces, analicemos algunos aspectos de esa interferencia en el resto de nuestras vidas para ver si la podemos minimizar o eliminar:

No hay forma de asegurar que vamos a llegar al examen con todos los contenidos aprendidos.
Creo que esta es una de las primeras verdades a enfrentar. La ansiedad ante un examen se genera por la necesidad de completa seguridad. Dado que aprender es adquirir estructuras y dinámicas nuevas, que no conocemos, es imposible determinar un tiempo de asimilación para todas ellas. Sabemos que con la práctica y con otras ayudas, es posible disminuir ese tiempo, pero nunca vamos a tener la certeza de llegar con todo.


Por eso, tenemos que reemplazar esa angustia por la certeza de que vamos a llegar lo mejor preparados que podemos en el tiempo que tenemos (y esto incluye lo que nos permita hacer lo que estamos haciendo en nuestra vida además del estudio).


Para lograr esa certeza necesitamos confiar en nuestra capacidad de estudio.


Algunas ideas que contribuyen a crear esa certeza:


1. No todos los contenidos de un examen son igual de importantes para aprobar.
Si queremos sentir que avanzamos en el estudio, es importante conseguir exámenes con los temas que más se toman y priorizar la importancia que ellos van a tener para aprender primero los más importantes y luego, si hay tiempo, otros (estoy desarrollando un pequeño sistema de clasificación que algún día postearé).

2. La frecuencia de las sesiones de estudio es fundamental.
Una de las causas principales de esa angustia que nos invade toda la semana es la idea de que todo depende de ese fin de semana antes del examen, o los dos días que nos tomamos del laburo. Eliminar eso es simple y no requiere más que la costumbre de tomarnos un rato cada día y aunque no podamos estudiar mucho, vayamos sumando todos los días un poco.

3. The big picture: La idea general.
Una forma de encarar el estudio es como haciendo un zoom: empezar leyendo rápido, por encima, pero entender la idea o la estructura general de lo que estamos estudiando. Eso nos permite luego relacionar cada partecita que vamos estudiando con el todo. Relacionarlo con cosas que están más adelante (que no tenemos con tanto detalle pero de las que nos damos una idea) nos permiten acelerar el proceso de unir conceptos y sintetizar. Claro que debemos moderar el uso de este aproximamiento con el del punto 1: integrar una función es integrar una función y por más que tengamos una “idea general” de nada nos servirá si no conocemos el procedimiento.


4. Eliminar la idea del todo o nada.¿Recuerdan la última vez que no estudiaron casi nada y se mandaron al examen igual, tranquilos de saber que lo más probable es que no aprobarían? Muchas veces uno sale aprobado de ese exámen. ¿Por qué? La eliminación de esa constante necesidad de seguridad y el arriesgarse con lo que uno sabe, se lleva consigo esa irritante advertencia de “no sé todo” y nos permite relajar.
¿Pero cómo combinar esa calma con una preparación digna?

Sin pensar que si nos va mal todo lo que hicimos ya no sirve, recordando que el proceso de aprendizaje es acumulativo y todo lo que estudiamos nos queda para el próximo intento (además de tener una idea mucho más certera de lo que se nos va a tomar y cómo).


En síntesis, concretar. Tenemos que reemplazar esa emoción indefinida y molesta de “no estoy haciendo lo que debería” por la certeza de qué es lo próximo que vamos a hacer para resolver el problema. Las herramientas arriba descriptas son sólo algunas, pero apuntan a lo mismo: a aprender a cambiar una emoción desgastante que no tiene ninguna utilidad por decisiones concretas que apuntan a lograr lo que queremos.
Fuente: http://www.estudiovivo.com.ar/

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Gracias comentar. Difundi el blog y podremos debatir ampliamente ;)